Al Oído: “Se jodieron”, dice Francia Márquez; y sí, nos jodimos
Promesas, balcón, división y poca acción: el Gobierno de Gustavo Petro.
Gustavo Petro en su discurso el Día del Trabajo.
Vuelo en turbulencia.
Hay nueva estrategia del Gobierno Nacional en cabeza del presidente Gustavo Petro desde hace un mes, pues los hechos son claros: hay rompimiento de coalición y nueva forma de relacionamiento con el Congreso de la República.
Se apartó de quienes, desde el gabinete, se alejaban de su proyecto y a los que generaban mucho ruido, cambiando siete carteras. El cambio, además, fue la evidencia de que el presidente se radicalizaría.
Este fin de semana, más que amenazas, observamos a un presidente que empieza con un eje de campaña claro: sacar adelante sus reformas con un discurso que está lejos de generar tranquilidad. Con el apoyo popular llamando a las calles, un llamado que, si bien llena la Plaza de Armas con allegados y seguidores, no fue la marcha que esperaba el mandatario.
Más información
Resulta curioso que a un presidente que llama a la calle y llegó al cargo por la fortaleza del movimiento social ya no lo acompañan de manera multitudinaria.
Al tiempo, una vicepresidenta de la que poco se sabe y de quien se esperaba mayor liderazgo, que ha tenido varias salidas en falso, como la de su discurso el fin de semana.
Las frases de la vicepresidenta Francia Márquez de “¡Viva la Primera Línea!” solo explican que aún no comprende que es la vicepresidenta de todos y que no conoce o que olvida el contexto y lo que fue la Primera Línea para todo el país, especialmente en Cali.
Olvidó que extorsionaron, a los policías torturados, a los pequeños comerciantes que perdieron todo y cómo, incluso, frenaron ambulancias, medicamentos y acabaron con la vida de otros. Celebrar a la Primera Línea es celebrar el dolor de un país.
Pasamos de unas palabras que quedaron enmarcadas en la posesión por parte del presidente: “Yo no quiero dos países, como no quiero dos sociedades. Quiero una Colombia fuerte, justa y unida. Una que el diálogo pueda reconciliar”.
Al discurso de ayer, uno en el que claramente genera una división con quienes no apoyen sus reformas y no apoyarán sus llamados a las calles.
Pero más allá del riesgo que implica su discurso, los riesgos a los que llama el discurso, se muestra a un presidente que, aunque no ha tenido la oposición que se esperaba tendría y que hasta ahora algunos comienzan a despertar, también vimos que se siente sin el respaldo que creíamos. Muchas veces lo dijo: “¿Me van a acompañar? No nos dejen solos en estos palacios enormes y fríos, no nos dejen solos”.
Ojalá no siga gobernando como maneja su Twitter, presidente, de manera descontrolada, manteniendo diálogo solo con quienes piensan igual a usted, dejándonos en la incertidumbre y desgastando el valor de su actuar y su palabra.
Ojalá el presidente, por el país, empiece a generar tranquilidad.
Presidente: a usted lo invitamos a que sea el primero en dar un paso a esa revolución. A la del diálogo, la calma, la escucha y la de gobernar para todos.