Snefelder Tobo tiene 71 años y es oriundo de Casanare. Junto a su hija, Sandra Tobo, logró fundar hace dieciocho años 'Tobo y Compañía', una empresa dedicada a la fabricación y comercialización de molinos de viento que se ha convertido en un referente en  cuanto innovación a nivel nacional. | Foto: cortesía

Snefelder Tobo tiene 71 años y es oriundo de Casanare. Junto a su hija, Sandra Tobo, logró fundar hace dieciocho años 'Tobo y Compañía', una empresa dedicada a la fabricación y comercialización de molinos de viento que se ha convertido en un referente en cuanto innovación a nivel nacional. | Foto: cortesía

A los 71 años, Senefelder Tobo lidera los procesos de innovación de su empresa energética

‘Tobo’ es una empresa dedicada a la fabricación e instalación de molinos de viento. La persona encargada de diseñar maquinarias innovadoras es Senefelder Tobo, un boyacense de 71 años radicado en Casanare que se ha convertido en referente en temas de innovación a nivel nacional.

Sandra Tobo, gerente de Tobo y Compañía, recuerda que creció viendo a su padre, Senefelder Tobo, inventando aparatos que ofrecieran soluciones a problemáticas de Casanare, tierra de la que son oriundos.

Con cuadernos llenos de apuntes, libros como Innovación para dummies, herramientas y mucha curiosidad, a la edad de 71 años, Senefelder Tobo sigue siendo la persona que diseña y desarrolla los procesos de innovación en la empresa.

De hecho, desde las universidades lo buscan para que participé en proyectos. Con la Universidad de la Sabana, por ejemplo, está trabajando en un sistema híbrido que genera electricidad y extrae agua a partir de energía eólica y energía solar.

Tobo y Compañía es una empresa fundada en 2004 y dedicada a la fabricación y comercialización de molinos de viento. “Toda mi vida yo me dediqué a hacer maquinaria que trabajara en mejora del medio ambiente, entonces le dije a Sandra que hiciéramos una fábrica de molinos de viento. Al principio es muy duro porque alguien no se levanta con ganas de comprar un molino”, comenta Senefelder, quien desde ese año ya había visualizado el desarrollo que tendría el mercado de energías renovables en el país.

Según la Encuesta de Micronegocios (EMICRON) realizada por el DANE en 2020, el 18% de los negocios registrados en el país son propiedad de personas con 60 años y más.

'Tobo' logró hacer su primera exportación fuera del país el años pasado, a Cuba, y en total han instalado dos mil molinos en toda Colombia. | Foto: cortesía

Las cifras también indican que para las personas entre 60 y 69 años, el porcentaje de empleo por cuenta propia es de 69%, y para los mayores de 70 años supera el 82%. Esto, según la Misión Colombia Enjevece, puede indicar o bien una mayor incidencia del emprendimiento (que se traduce en mayor libertad laboral y financiera) o “una mayor vulnerabilidad económica y condiciones laborales más inestables a medida que asciende la edad de la población”.

En medio de ese contexto, Senefelder y Sandra cuentan que crearon la compañía para aprovechar la capacidad de creación del primero. El sueño de ambos siempre fue vender e instalar molinos de viento en toda Colombia y Sudamérica. Y lo están logrando: pese a ser una compañía pequeña, conformada por diez personas, el año pasado lograron realizar su primera exportación a Cuba. “La compañía para mí representa toda una vida de investigación y la satisfacción de ver que los productos se han expandido”, comenta Senefelder.

‘Tobo’ ha instalado dos mil molinos de viento en Colombia. Según explican, por cada molino de viento que reemplaza una motobomba se dejan de producir al año 244 toneladas de CO2. En 20 años, que es la vida útil de uno de estos aparatos, se dejan de emitir 4.892 toneladas de CO2, lo cual equivale a la siembra de 288 árboles. Es decir, los dos mil molinos que ha instalado Tobo equivalen a 576.400 árboles sembrados.

Senefelder Tobo pone sus conocimientos al servicio de universidades para el desarrollo de procesos de innovación que permitan solucionar problemas específicos de los territorios, sobre todo en el campo. | Foto: cortesía

Senefelder se ha convertido en un referente en temas de innovación en Casanare. La empresa ha quedado dos veces finalista del Premio Innova y también recibió un reconocimiento por alta trayectoria e innovación empresarial por parte de la Presidencia de la República.

Con su trabajo, Tobo quiere demostrar al país que sí es posible desarrollar procesos de innovación en las regiones y que la edad, por lo menos cuando se habla de optimización de tecnologías y procesos, no es un obstáculo, sino una ventaja, ya que “las personas de mayor edad en una empresa aportan experiencia y conocimiento, lo mejor de la vida”, comenta Senefelder.

Actualmente la empresa colabora con entidades como Innpulsa y con universidades como la EAFIT, la UNAD y la Universidad de la Sabana. Con Innpulsa, por ejemplo, Senefelder se centró en desarrollar un equipo que resolviera problemas del sector de la palmicultura y logró desarrollar un brazo hidráulico que recoge los racimos de fruto de palma.

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