Día oscuro tras los últimos hechos violentos registrados en el país, específicamente en Arauca y la decisión del Gobierno de decidir que cerraban los <b>diálogos de paz con el ELN</b>.Recordemos una frase: <b>“a los 3 meses de ser presidente, se acaba el ELN en Colombia”</b>, decía el presidente Gustavo Petro. <b>Definitivamente una cosa es hablar otra gobernar</b>.Las negociaciones de paz iniciaron entre Colombia y el ELN en 1975, bajo el gobierno del <b>expresidente Alfonso López</b>. En aquella oportunidad, <b>ni siquiera llegaron a la mesa de negociaciones, pues alegaron ataques militares.</b>Es hasta el gobierno del expresidente César Gaviria que lograron sentarlos a negociar, pero tampoco llegaron a nada. <b>Hacia 1994, un pequeño grupo se desmovilizo, sin embargo, el ELN siguió fortaleciéndose.</b><b>Bajo el gobierno de Samper</b>, <b>las negociaciones se dañaron porque cometieron un atentado en el que murieron 70 personas</b>; en el gobierno del <b>expresidente Uribe</b> también se intentó abrir el diálogo, pero las condiciones no ayudaron por el actuar del grupo armado.Llegaron al mejor diálogo y posibilidad de lograr un acuerdo de paz con el gobierno del presidente Gustavo Petro, que llegó con una promesa de que quiere jugar por la paz, cediendo e intentando de todo, pero nuevamente la miopía de este grupo, que ya raya en la estupidez, comete otro hecho violento que hace que el gobierno finalice diálogos.<b>De no retomar diálogos, debe caerles todo el peso de la ley y deben ser sometidos</b>. Presidente, haga respetar nuestros soldados y a la ciudadanía, el país lo va apoyar. <b>Enfurezca sin miedo la mano y no deje que se burlen más de una ilusión colectiva.</b><b>Hoy el ELN tiene el sartén por el mango, se siente empoderados, tienen la atención mediática que por años les costó</b> porque estaba siempre el reflector en las antiguas Farc. Actualmente están creciendo militarmente y en territorio.<b>No son un grupo de lucha de ningún ideal, son una farsa.</b> Tenían una oportunidad histórica quedarse en la violencia y con máscaras de lucha es una farsa. Hoy son sólo un grupo de narcoterroristas.<b>Arrodillarse y permitirles tanto fue el peor error del diálogo</b> planteado por este gobierno.