Enfrentar el reclutamiento forzado de menores: una prioridad para construir paz en 2025
De acuerdo con los panelistas que participaron el evento ‘Visión 2025: Tendencias Colombia’, de Prisa Media, el país debe poner en el centro de la discusión del próximo año cómo mitigar los impactos del conflicto armado en la población civil, especialmente en la niñez, que hoy es una de las más afectadas a causa del reclutamiento forzado.
Los presentes concluyeron que el país se enfrenta a los retos de las fronteras porosas y una precaria capacidad del Estado para controlar el territorio. | Foto: Prisa Media
Uno de los temas centrales en la agenda política y social en Colombia es el de la búsqueda de la paz. El país, a pesar de ser el primero en el mundo en lograr un acuerdo exitoso en la materia, se ubica hoy como uno de los pocos en los que aún persisten grupos inspirados por la Revolución Cubana; y como uno de los tres más complejos en temas de seguridad, junto con Afganistán y la República Democrática del Congo.
Precisamente, para analizar este panorama, Otty Patiño, Alto Comisionado para la Paz, Eduardo Pizarro, académico e investigador de la Universidad Nacional y Mariana Ardila, Defensora Delegada para Justicia Transicional y del Derecho a la Paz, dedicaron, en el marco de ‘Visión 2025: tendencias Colombia’, de Prisa Media, toda una conversación al tema de ‘La paz en la encrucijada: ¿Cómo se puede negociar con la atomización de los grupos ilegales’.
De acuerdo con estos, Colombia atraviesa esta compleja situación de seguridad debido a tres factores principales: el aumento en las cifras de cultivos ilícitos, la fragmentación de los grupos armados ilegales y la falta de disposición de ciertos actores para cumplir su parte de los acuerdos y consolidar la paz.
En Colombia, según datos oficiales, actualmente existen más de siete grupos armados ilegales consolidados, con sus diferentes fracciones. | Foto: Prisa Media
“Además, en el país no hemos ligado suficientemente temas de paz y seguridad (…) Cada vez tenemos menos Estado en control del territorio, lo cual lleva a la creación de enclaves criminales en las fronteras terrestres y marítimas del país que alimentan las rentas ilegales de los grupos armados (…) La fragmentación de los grupos armados ilegales se debe a que hay muchos saboteadores que se están enriqueciendo con las rentas ilegales”, comentó Pizarro.
El académico señaló cómo, en los últimos años, el país pasó de tener al ELN, las disidencias de las FARC, el EPL y el EGC a tener más de siete grupos armados organizados que no solo delinquen, sino que también ejercen control territorial, poniendo en jaque la integridad y los derechos de las poblaciones más vulnerables.
De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, las comunidades hoy claman con urgencia una salida negociada del conflicto para el próximo año. | Foto: Prisa Media
Para Patiño, es necesario que los procesos de paz en el país “sigan andando con quienes quieran hacer la paz”. El funcionario, además, explicó que en Colombia no hay guerras, sino una serie de violencias cuyo trasfondo es puramente económico.
A su turno, Ardila manifestó que en este momento el Gobierno nacional tiene como prioridad construir estrategias para enfrentar los impactos en materia de derechos humanos que produce esta fragmentación y que, según la experta, puede incrementarse el próximo año.
Los panelistas también coincidieron en que el Gobierno debe reforzar la seguridad y protección de los grupos más vulnerables. | Foto: Prisa Media
Por último, los expertos hicieron especial hincapié en que el próximo año los esfuerzos deben ir direccionados en hacia frentes principales: lograr que los grupos armados desescalen su accionar sobre la población, disminuir las cifras de reclutamiento forzado de menores e implementar correctamente todos los puntos del Acuerdo de Paz. Con esto, mencionaron, se podrá evitar que dichos actores sigan utilizando la excusa del incumplimiento por parte del Estado para delinquir:
“El 2025 debe ser el año de la implementación y de la protección de los niños, porque en el reclutamiento de menores es donde se recicla la violencia”, concluyó Otty Patiño.
