La tradición de <b>tejer mochilas, carteras, chinchorros o hamacas</b> se mantiene <b>viva en La Guajira gracias a mujeres</b> como María José Uriana, una joven artesana de 28 años proveniente de la comunidad Pondores.Uriana, quien es artesana desde los nueve años gracias a las enseñanzas de su abuela, aseguró: “El <b>tejido es muy importante para nosotros </b>los wayúu, ya que nuestros ancestros lo han transmitido y hoy en día ya estamos enseñando a nuestros hijos”.Además de ser una expresión de la manera en la que conciben la vida y el mundo, las artesanías también son una de las principales <b>fuentes de ingreso para las familias wayúu</b>. Sin embargo, a pesar de su importancia, estas comunidades enfrentan cada vez más obstáculos para subsistir con su trabajo por cuenta de los altos precios de insumos como el hilo, las dificultades de transporte, los intermediarios tramposos y la falta del reconocimiento a su labor.Por eso, Misión La Guajira, en alianza con la Tienda de la Empatía, desarrollaron una estrategia para<b> acompañar a las artesanas guajiras </b>para hacer su trabajo más visible en todo el país y comercializar sus productos a precios justos.