La entrada en vigor de aranceles chinos a bienes de Estados Unidos recrudece la guerra comercial
Washington y Pekín ya sostuvieron un fuerte conflicto arancelario en la primera administración de Trump, quien ahora acusa a China de no hacer suficiente para contener el tráfico de fentanilo.

BEIJING, CHINA - 07 DE MARZO: Mao Ning, directora general del Departamento de Prensa, Comunicación y Diplomacia Pública del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, asiste a una rueda de prensa sobre la política exterior de China. / VCG
Los nuevos aranceles chinos a mercancías agropecuarias estadounidenses entran en vigor este lunes, 10 de marzo, en un movimiento que Pekín justifica como respuesta a las tasas impuestas previamente por Washington contra sus productos.
“China nunca ha buscado de forma deliberada que Estados Unidos tenga un déficit comercial con nosotros. La situación es consecuencia de las leyes del mercado y de las estructuras económicas de ambos países. Pero EE. UU. también se ha beneficiado enormemente de su comercio con China”, señaló hoy la portavoz china de Exteriores, Mao Ning, en una rueda de prensa.
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La vocera agregó que, gracias al comercio con China, Estados Unidos ha podido importar productos de calidad a bajo coste, de modo que sus consumidores han visto crecer su capacidad de consumo al tiempo que se han creado empleos en sectores como el transporte, el comercio electrónico o las ventas minoristas.
“Buscar una reciprocidad absoluta en términos de comercio va en contra del sentido común. Y no se debe subestimar la reacción de los consumidores y las empresas estadounidenses (a una guerra comercial)”, agregó.
Según Mao, “es imposible esconder que hay una agenda consistente en instrumentalizar los asuntos comerciales para contener a China”. “Pero quienes lanzan una guerra comercial acaban haciéndose daño a sí mismos. Estados Unidos tiene que aprender lecciones y cambiar su actitud”, remató.
A partir de hoy, China gravará con un 15 % las importaciones estadounidenses de pollo, trigo y maíz, y con un 10 % las de soja, carne de cerdo, de vacuno, productos acuáticos, frutas y lácteos, anunció la semana pasada el Ministerio de Comercio chino.
Entre los productos sujetos a tasas del 15 % figura también el algodón, y entre los gravados con un 10 %, las verduras y el sorgo.
El presidente estadounidense, Donald Trump, había decidido duplicar al 20 % los aranceles adicionales impuestos al país asiático desde que regresó a la Casa Blanca, justificando su decisión al afirmar que, a su juicio, Pekín no hace lo suficiente para evitar la entrada de fentanilo en Estados Unidos.
China, que también añadió a varias empresas estadounidenses a su lista de control de exportaciones y a su lista de entidades poco confiables, ha reiterado en los últimos días que considera la explicación del republicano un mero “pretexto”, dado que la política antidrogas china “es una de las más estrictas del mundo”.
El sector agropecuario estadounidense tiene a China como uno de los principales destinos de sus exportaciones, pese a que hayan registrado descensos en los últimos años.
En 2024, China importó 13,76 millones de toneladas de maíz, de las cuales 2,07 millones procedieron del país norteamericano, según datos del portal especializado China Grain, que asegura que Estados Unidos llegó a ser el principal proveedor foráneo de maíz del país asiático, pero que ha sido superado en los últimos años por Brasil y Ucrania.
En cuanto al trigo, China importó el año pasado 1,90 millones de toneladas de trigo estadounidense, lo que representó aproximadamente el 17,3 % del total de sus importaciones del cereal.
El portal también señala que la dependencia de China de la soja de Estados Unidos ha disminuido en los últimos años, hasta representar en 2024 un 21 % del volumen total de soja importado, una tendencia que ha beneficiado a países como Brasil, del que ya procede el 71 % de la soja que importa el gigante asiático.
En febrero, China ya había impuesto gravámenes de entre el 10 y 15 % a otros productos estadounidenses, además de establecer controles a las exportaciones de minerales clave y abrir una investigación contra el gigante tecnológico Google.
En su primera presidencia (2017-2021), Trump ya mantuvo una relación tensa con Pekín al imponer varias rondas de aranceles por valor de unos 370.000 millones de dólares anuales, a lo que China respondió con gravámenes a las exportaciones estadounidenses.