En el Colegio Agustiniano Norte, en una clase de física, un experimento con latas y alcohol terminó con dos estudiantes con quemaduras de segundo grado el pasado 27 de febrero.

Según los relatos de los compañeros de las víctimas, el fuego se propagó rápidamente cuando un bidón de alcohol explotó en el laboratorio. Por esta razón, Carlos Giraldo, padre de una de las estudiantes afectadas, habló en La W.

“Los niños dicen que estaban calentando una lata con mecheros y alcohol. Era parte del experimento. No sabemos exactamente qué pasó, pero el fuego alcanzó a mi hija y a otra compañera”, relata Giraldo.

Lo que más preocupa a los padres es la respuesta del colegio ante la emergencia. “Mi hija intentó activar la ducha de emergencia, pero no salió agua. Sus compañeros buscaron extintores, pero no había ninguno en el salón”, denuncia el padre.

Según los relatos, el profesor trató de apagar las llamas con las manos y su bata, sin éxito inmediato. “Al final, la única opción fue que rodara en el suelo para sofocar el fuego”, añade.

Otro aspecto que indigna a los familiares es la demora en la atención. “A las niñas les dijeron que fueran caminando a enfermería, con quemaduras en el cuerpo y el rostro. Luego las mantuvieron ahí durante un tiempo que aún no sabemos con precisión”, señala Giraldo.

Finalmente, las estudiantes fueron trasladadas a un centro médico cercano y, horas después, remitidas al Hospital Simón Bolívar. “No hubo ambulancia inmediata, no llamaron a los bomberos. Todo se manejó de manera rudimentaria”, sostiene el padre.

Falta de respuestas y pronunciamiento tardío

Los padres enviaron un derecho de petición al colegio. “Nos respondieron que contestarían en los tiempos estipulados. Once días después del accidente, seguimos sin respuestas claras”, afirma Giraldo.

Tanto el colegio como la Secretaría de Educación han guardado silencio sobre lo ocurrido, salvo por un comunicado oficial emitido el sábado, 1 de marzo, en la noche. “Agradecemos que esto se haga público, porque es la única forma de que se tomen acciones”, concluye el padre.

Las familias exigen explicaciones sobre la falta de protocolos de seguridad y la demora en la respuesta. Mientras tanto, las dos estudiantes continúan su recuperación en el hospital, con pronóstico reservado.

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