Golpe a la minería ilegal del Clan del Golfo en Chocó
La operación afectó las finanzas del grupo armado y protegió al río Atrato, uno de los pulmones hídricos del país.

FOTO: Suministrada.
En Quibdó, Chocó, las autoridades dieron un nuevo golpe al Clan del Golfo, esta vez a través de una operación que fue tan estratégica como simbólica. No solo se destruyó maquinaria utilizada en minería ilegal, también se defendió un ecosistema clave como lo es el río Atrato, reconocido como sujeto de derechos por la Corte Constitucional.
La llamada Operación León IV fue adelantada por la Policía Nacional en coordinación con el Ejército y la Fuerza Aeroespacial Colombiana. Durante la intervención, fueron desmanteladas tres unidades de producción minera ilegales, y se destruyeron tres excavadoras, un motor industrial y dos motobombas, todo esto usado para extraer oro de manera ilegal en la zona.
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¿El impacto? Importante. Según datos oficiales, esas unidades generaban cerca de 7.500 gramos de oro al mes, lo que en el mercado colombiano equivale a unos 3.140 millones de pesos. Es decir, un golpe directo a la economía criminal del Clan del Golfo, especialmente a la subestructura conocida como Jhon Fredy Orejuela.
Más allá de lo económico, el operativo tiene un fuerte trasfondo ambiental. La actividad minera venía degradando la cuenca del río Atrato, afectando tanto al ecosistema como a las comunidades que dependen de él. Por ahora, las autoridades continúan con operativos similares en otros puntos del Chocó, una región históricamente golpeada por la minería ilegal y el accionar de grupos armados.
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