Política de paz total está lejos de ser un fracaso: Gobierno sobre diálogos con Coordinadora Nacional
El Gobierno y la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano acordaron sustituir 30.000 hectáreas de cultivos ilícitos en Putumayo y Nariño como parte del cuarto ciclo de negociaciones de paz.

Bandera de paz. Foto: Getty Images. / LUIS ACOSTA
Durante el cierre del cuarto ciclo de negociaciones con la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano, el jefe de la delegación del Gobierno destacó acuerdos clave para la paz y defendió los avances logrados en los territorios de Putumayo y Nariño.
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En un acto público acompañado por autoridades locales, comunidad internacional y líderes sociales, el jefe negociador del Gobierno en la mesa de diálogos con la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano aseguró que los procesos de paz en curso están teniendo resultados tangibles, especialmente en la mejora de las condiciones humanitarias en regiones afectadas por el conflicto.
Subrayó que tanto en Putumayo como en Nariño se ha evidenciado una reducción significativa en los homicidios, lo cual —dijo— contradice la tesis de que las mesas de paz agravan la situación de seguridad.
“Está demostrado que la política de paz total está lejos de ser un fracaso”, afirmó.
Uno de los principales logros del ciclo fue el compromiso de ambas partes con un plan de sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito, que abarcará 30.000 hectáreas: 15.000 en Nariño y 15.000 en Putumayo. Según explicó, este programa se construirá con liderazgo gubernamental, acompañamiento de las delegaciones y con el aval autónomo de las comunidades. Aclaró que la implementación no podrá sustentarse en promesas vagas: “Las ofertas del Gobierno deben ser lo suficientemente atractivas para que los compromisos sean sostenibles”.
Asimismo, rechazó con firmeza cualquier intento de retomar la aspersión con glifosato: “Mientras haya procesos de sustitución voluntaria eficaces y participativos, nuestra delegación no aceptará que se proponga siquiera esa posibilidad”, enfatizó, recordando además que hay sentencias de la Corte Constitucional que lo prohíben.
El jefe de la delegación también insistió en que la sustitución no debe verse como un fin en sí mismo, sino como parte de una transformación territorial más amplia. Planteó que estos procesos deben incluir alianzas público-populares e industrialización local, con el fin de ofrecer alternativas dignas de vida para las comunidades vinculadas hoy a economías ilícitas.
En cuanto a los pasos futuros, se acordó trabajar en una hoja de ruta y una línea de tiempo para construir un acuerdo de paz definitivo con esta guerrilla. “Cada avance en esta mesa trae más tropiezos, no menos”, advirtió, al tiempo que llamó a fortalecer la voluntad de paz ante los retos.
Finalmente, dejó abierta la posibilidad de promover mecanismos de participación ciudadana, incluso una “constituyente territorial” en 2025, como forma de consolidar los acuerdos en los departamentos donde se han gestado procesos sólidos de reconciliación.