Así funciona la votación en el cónclave para elegir al próximo papa: este es el paso a paso
Hay que mencionar que una vez que entran en la Capilla Sixtina, los cardenales no pueden comunicarse con el exterior hasta que se elija un nuevo papa.

Imagen de referencia de la elección del nuevo papa. Foto: Getty Images. / fotograv
Después de conocerse la noticia de la muerte del papa Francisco el pasado 21 de abril de 2025, surge la pregunta sobre quién lo sucederá como máximo jerarca de la Iglesia católica y, sobre todo, cómo es este proceso.
Cabe señalar que la elección de un nuevo papa es un proceso que no solo ha sido organizado bajo la normativa de la institución religiosa, sino que cuenta con siglos de tradición.
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Por eso, en W Radio le contamos cómo funciona el paso a paso de la votación en el cónclave para elegir al próximo papa.
¿Cómo funciona la votación en el cónclave para elegir al próximo papa?
Según anunció el portavoz del vaticano, Matteo Bruni, el cónclave comenzará el próximo 7 de mayo en la Capilla Sixtina.
- En primer lugar, los 135 cardenales electores se trasladan a la residencia de Santa Marta en el Vaticano, donde se alojarán durante todo el cónclave.
- En la mañana del primer día, los purpurados participan en una misa solemne en la basílica de San Pedro.
- Por la tarde, se reúnen en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico y en procesión hacia la Capilla Sixtina invocan la asistencia del Espíritu Santo.
- Bajo la bóveda pintada por Miguel Ángel, los cardenales prestan juramento con la mano sobre el Evangelio.
- Según un ritual heredado de la Edad Media, el maestro de ceremonia pronuncia la frase “extra omnes” (todos fuera). Las personas que no participan en la elección abandonan la sala y, a continuación, se cierran las puertas. El objetivo es que los cardenales eviten las influencias exteriores.
¿Cómo es el proceso de selección del nuevo papa?
- Por sorteo se eligen tres cardenales que son designados “escrutadores”, otros tres infirmarii que son los encargados de recoger el voto de los purpurados enfermos y tres más como revisores para comprobar el recuento.
- En ese orden, los cardenales reciben papeles rectangulares con la siguiente frase: “Elijo como Sumo Pontífice”, el cual cuenta con un espacio en blanco debajo.
- Los votantes escriben el nombre de su candidato a mano, “con caligrafía lo más irreconocible posible”, y doblan el papel. En teoría, está prohibido votarse a uno mismo.
- Cada cardenal se dirige por turnos al altar, sosteniendo su papel en el aire para que sea bien visible y pronuncia en voz alta el siguiente juramento en latín: “Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien, en presencia de Dios, creo que debe ser elegido”.
- Una vez hecho esto, deposita su papel en un plato y la desliza en la urna frente a los escrutadores, se inclina ante el altar y vuelve a su lugar.
- Los cardenales cuyo estado de salud o edad avanzada les impide acercarse al altar, entregan su voto a un escrutador, que lo deposita en la urna en su lugar.
- Una vez recogidas todos los papeles, un escrutador agita la urna para mezclarlas, las transfiere a un segundo recipiente y luego otro los cuenta.
- Dos escrutadores anotan los nombres, mientras que un tercero los lee en voz alta y perfora las papeletas con una aguja en el punto en el que se encuentra la palabra “Elijo”. Los revisores verifican a continuación que no se cometieron errores.
- Si ningún cardenal obtuvo dos tercios de votos, los electores proceden a una nueva votación. Salvo el primer día, se prevén dos por la mañana y dos por la tarde hasta la proclamación de un papa.
- Los papeles y las notas tomadas por los cardenales se queman en una estufa cada dos rondas de votación. La chimenea, visible por los fieles desde la plaza de San Pedro, expulsa humo negro si no se logró escoger a ningún papa o humo blanco en caso de una elección.
Cabe señalar que tras tres días sin lograrse el nombramiento de un pontífice, la votación se suspende para un día de oración.