Napoli es campeón de la Serie A
De la mano de Antonio Conte, los de Nápoles le ganaron la pulseada al Inter de Milán

Jugadores del Napoli. Foto: EFE/EPA/CESARE ABBATE / CESARE ABBATE (EFE)
Tan solo dos años después del mítico ‘Scudetto’ de 2023, el que rompió la sequía de 33 años, el Nápoles volvió a reunirse con la gloria tras su victoria de este viernes ante el Cagliari (2-0). Los goles de McTominay y Lukaku certificaron el cuarto ‘Scudetto’ de la historia del club y desataron la locura colectiva en una ciudad que vive por y para el fútbol.
El 23 de mayo será fiesta nacional en Nápoles desde ahora, como ya los es el 4 de mayo, fecha recordada por haber ganado el primer ‘Scudetto’ sin Maradona. Esta vez lo logró aún con más épica, en la última jornada de la Serie A que disputó hasta el último aliento con el Inter y, sobre todo y más importante, en su estadio, en un Diego Armando Maradona lleno hasta la bandera que la última vez celebró en diferido la conquista de un título que no acostumbra a viajar al sur.
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Sólo 5 veces ha ido más al sur de Roma el gran trofeo. Una a Cagliari, en 1970. Las otras 4, a Nápoles. Las dos primeras gracias a Diego Armando Maradona (1987 y 1990). Estas dos, gracias a dos temporadas majestuosas coronadas por todo lo alto. Es un triunfo que trasciende de lo futbolístico. Es también una victoria social del sur contra el norte, siempre una zona con mas recursos económicos.
Quizá más mérito tenga esta ocasión por lo agónico al conseguirlo, por haberlo logrado con una plantilla destrozada el año pasado que quedó décima y sin competiciones europeas, por haberlo hecho con lesiones y perdiendo a Osimhen y Kvarastkhelia por el camino.
Sólo la fe de Antonio Conte, su conocimiento táctico en un campeonato que ha ganado 5 veces, y la inspiración de McTominay y Lukaku, desatados toda la temporada, mantuvieron vivo el sueño hasta el último momento pese a los pocos recursos. Y ellos dos, centrocampista escocés y delantero belga, los dos héroes, hicieron realidad ese sueño con dos goles que certificaron la victoria en un partido trampa.
Porque el Cagliari, ya salvado, jugó con tranquilidad. Y el Nápoles fue un ciclón movido por la adrenalina, por la presión de haber dejado escapar el título en la pasada jornada. Un movimiento en falso pudo haber cambiado la historia. El Inter, jugando en contemporáneo, hizo su trabajo. Se adelantó antes que el Nápoles.
No lo supieron los jugadores, nadie del cuerpo técnico lo comunicó. Y entre ocasiones al limbo de Raspadori, de Rrahmani, de Spinazzola, de Politano y de Lukaku, creció la tensión. Tensión por no poder concretar lo que parecía evidente. Fue un asedio. Y el colegiado, con errores de comunicación el VAR, no ayudó. Varios minutos estuvo parado el duelo, con lo que eso puede suponer a la mente en un momento tan crucial.
Eso sí, hay a uno al que ese tipo de situaciones no le pesan. Uno con la sangre fría. De Escocia. Un centrocampista desatado que sacó todos los fantasmas de la cabeza de todos con un gol precioso al borde del descanso. Una chilena para la historia en el 42, en un momento clave. El gol número 12 en su cuenta particular. El que certificó el ‘Scudetto’. El que marcó el mejor jugador de esta Serie A sin ninguna duda.
La ciudad de Nápoles ya explotó en ese momento. Petardos, bengalas... Y quedaba la sentencia del otro gran baluarte de este equipo, del jugador que tiene una relación especial con Conte. Romelu Lukaku marcó un uno contra uno en el minuto 52. Se quitó la camiseta. Le dio igual la amarilla. El Nápoles celebró en el campo el título ya en ese momento. Nápoles celebró en ese momento el título. Con merecimiento.
Una plantilla que no fue creada para ganar hizo realidad el sueño de todo un pueblo. El Nápoles no titubeó. No dejó escapar el título. Su título. El que ganó con merecimiento absoluto. El cuarto de su historia. El Nápoles, campeón de Italia.
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