Miel de la Montaña: excombatientes endulzan la paz desde las alturas de Anorí

En la vereda La Plancha, municipio de Anorí, Antioquia, 18 excombatientes de las FARC encontraron en la apicultura una vía para su reincorporación a la sociedad. Bajo el nombre de “Miel de la Montaña”, este proyecto no solo produce miel de alta calidad, sino que simboliza un compromiso con la paz y el medio ambiente.

Arley de Jesús Betancur, uno de los líderes del proyecto, relata que la iniciativa surgió de la necesidad de crear un emprendimiento beneficioso tanto para ellos como para la comunidad. “Pensamos en un producto saludable que pudiera llegar a muchos rincones de Colombia y aprovechar la naturaleza de una manera sana”, afirma.

Aunque en un comienzo la miel no parecía tener un vínculo directo con su experiencia, Arley encontró en la apicultura una forma de reconectar con su historia de vida. “La naturaleza como tal sí tiene que ver conmigo. Casi toda mi experiencia fue con árboles, con la selva, con fuentes hídricas, frutos…”, cuenta.

Para él, esta labor representa mucho más que una fuente de ingresos: es una manera de reincorporarse social y culturalmente, de volver a integrarse con la humanidad y con el medio ambiente.

Actualmente, Miel de la Montaña cuenta con cerca de 80 colmenas y ofrece su miel en tres presentaciones: 280 gramos, con un precio de $20.000 pesos; 570 gramos, que se comercializa a nivel nacional por $30.000 pesos; y un kilo, que tiene un valor de $45.000 pesos. Además, han innovado en el mercado con mieles infusionadas con ingredientes como moringa, ají picante, uchuva, jengibre, achiote y caléndula.

Ampliar

Los apicultores trabajan con abejas Apis mellifera, una especie que se adapta mejor a los diversos climas del país. “Se pueden trabajar, de hecho, casi que en todos los climas de Colombia”, explica Betancur, destacando la versatilidad de esta especie para el proyecto.

La empresa ha recibido apoyo en la forma de capacitación y asistencia técnica por parte de diversas entidades, incluyendo PASO Colombia, el SENA y la Universidad de Antioquia. Este respaldo ha sido crucial para el crecimiento y la sostenibilidad de la iniciativa.

Más allá de la producción de miel, Miel de la Montaña busca fortalecer el tejido social y promover la conservación ambiental. Las abejas, esenciales para la polinización, contribuyen a la biodiversidad y al equilibrio ecológico de la región.

Con envíos a nivel nacional, se ha convertido en un ejemplo de cómo es posible transformar un pasado de conflicto en un futuro de esperanza y desarrollo sostenible.

“Yo siempre digo que Miel de la Montaña aporta tres factores fundamentales en la vida: una es a la construcción de paz, otra esa a la salud de toda persona que consuma miel y otra es que toda persona que apoye procesos de apicultura, también apoya al planeta”, concluye Betancur.