Lo que revelan los videos sobre el sicario que disparó contra Miguel Uribe
Una de las cámaras muestra la aproximación del pistolero al ángulo de tiro y otra que hubo golpes al sicario quizás con el propósito de silenciarlo.

Lo que revelan los videos sobre el sicario que disparó contra Miguel Uribe
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Velatón por Miguel Uribe. Foto: Colprensa.
En 1989 cuando asesinaron a Luis Carlos Galán sólo dos cámaras grabaron el atentado: Una de video operada por Jesús Calderón y una de fotografía manejada por José Herchel Ruíz.
Con las imágenes de estos dos héroes de la reportería, buena parte del magnicidio quedó clara en las siguientes 72 horas. Ellos registraron la participación de Jaime Eduardo Rueda Rocha, jefe de los pistoleros contratado por Gonzalo Rodríguez Gacha; de al menos un policía uniformado que posiblemente extrajo el arma asesina, una miniatlanta, de debajo de la tarima y la forma en la que los sicarios escaparon de la plaza envueltos en pancartas.
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Lo que quedó claro en esas imágenes fue desviado por décadas por los organismos de seguridad que enredaron la investigación. Cuando por fin llegaron a ver lo que las dos cámaras mostraban algunos protagonistas habían sido asesinados y varios inocentes resultaron injustamente encarcelados.
34 años después, en una época en la que prácticamente cada ciudadano tiene una cámara en el bolsillo y los videos se multiplican instantáneamente en las redes sociales, el atentado al senador y precandidato Migue Uribe Turbay fue registrado por al menos seis teléfonos celulares y 7 cámaras de vigilancia. Todo lo cual facilita la investigación y desata la especulación.
He pasado el fin de semana tratando de ver cada video y de mirar cómo encaja uno en el otro. Cada una de esas grabaciones tiene un valor particular y revela algo sobre el atentado.
Entre todos esos videos creo que dos son los más reveladores. El primero lo vi en TikTok y muestra la llegada del presunto sicario de 15 años a la pequeña manifestación.
El pistolero vestido con una camiseta verde estampada con un grafitti de Kaws llega justo en el momento en el que el senador Miguel Uribe expone ante el diminuto auditorio su idea de facilitar el acceso a las armas de los ciudadanos del común.

El joven sicario, más alto que el promedio de los asistentes, con un corte de pelo casi rapado adelante y con larga melena atrás, parece escuchar al candidato mientras mira a un lado y al otro. En un momento cuando Miguel Uribe habla de la necesidad de crear albergues para ancianos y discapacitados, el pistolero se empieza a acercar a su blanco.

Por unos segundos sale del campo de visión del celular y vuelva a entrar a la imagen muy cerca del árbol que le sirvió a Miguel Uribe como escenario para su discurso. Evidentemente el pistolero cruzó unas palabras con una mujer madura que es la misma que aparece en otras imágenes delante de él y que, como lo informó La W, se llama Sandra Beatriz Castillo acudió voluntariamente a las autoridades y fue interrogada por la Fiscalía en las últimas horas.
Se ubica detrás de ella y justo cuando el candidato dice que no todas las discapacidades son ciento por ciento inhabilitantes, el joven asesino con un blanco cercano y fácil se empina para mirar mejor a su blanco. El reloj marcaba las 5:38 y 46 segundos de la tarde.

Sonaron 8 disparos. El proveedor de la pistola Glock que usó el sicario tiene capacidad para nueve tiros es decir cuando huyó del lugar aún tenía una bala en el cargador.
Dos de las ocho balas se incrustaron en la fachada de cristal de la Iglesia Discípulos de Emaus, que está al frente del lugar del atentado.
Hay videos de cámaras de seguridad que muestran al joven pistolero huyendo, primero a toda carrera y luego caminando despacio, porque ya uno de los escoltas lo había herido en una pierna. Una imagen muestra al sicario apuntando hacia atrás.
Sin embargo, el segundo video más revelador, en mi opinión, es uno de la captura que dura más de 7 minutos y que vi en X.
El hombre dice inicialmente que el que está detrás del crimen es alguien a quien llama “el man de la olla”

Después manifiesta que quiere decir quien fue y entregar unos números

Segundos después, un hombre de saco rojo, lo agarra a patadas en la cabeza y lo insulta impidiendo así que continúe hablando.

La furiosa actitud del linchador, presuntamente espontáneo, resultó tan extraña que uno de los hombres de seguridad que participó en el arresto del joven sicario le preguntó al agresor la razón para querer hacerle daño al detenido y le dijo que si era que él tenía algo que ver.

El policía que incautó el arma asesina no se preocupó mucho por la cadena de custodia y las exigencias judiciales sobre el manejo de la prueba. Sin guantes, sin ningún cuidado, manipuló el arma. Sacó del proveedor la única bala que quedaba y se metió al chaleco la Glock con la recámara abierta.