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Colombia agraria: el campo como motor de paz, innovación y seguridad alimentaria

En un país marcado por los contrastes, El futuro de la Colombia Agraria propuso cambiar la narrativa sobre el campo colombiano, destacando su papel clave en el desarrollo sostenible, la lucha contra el hambre y la construcción de paz desde los territorios.

Colombia agraria: el campo como motor de paz, innovación y seguridad alimentaria

El futuro de la Colombia Agraria: Construyendo un nuevo relato del campo, desarrollado por Prisa Media, abrió un espacio de diálogo en el que líderes del sector agroindustrial, el Gobierno y organizaciones sociales elevaron un llamado en pro de la articulación intersectorial para combatir el hambre en el país.

Alejandro Santos, director de Contenidos de Prisa Media, dio inicio a la conversación con un breve contexto sobre la situación actual del país y cómo encuentros como este pueden generar un cambio.

“Mientras la política está desafiada, hay otro país que sigue trabajando silenciosamente: el país del campo colombiano”, expresó durante la instalación. “Es hora de construir un nuevo relato desde el agro. Un relato moderno, humano y esperanzador que enamore a las nuevas generaciones”.

Por su parte, la ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Martha Carvajalino, aseguró que el agro es una herramienta fundamental para la transformación del país. “Somos una potencia. Hemos crecido en productividad y podemos seguir haciéndolo. Hacer de la tierra un camino para la paz es nuestro gran acuerdo como país”, insistió.

Esas palabras dieron paso a la primera conversación, sobre la lucha contra el hambre. Carvajalino subrayó la necesidad de restaurar los sistemas alimentarios y de reconocer el valor integral del sector: “El agro no es el problema, es la solución. Colombia puede reconstruirse desde la siembra, desde la organización campesina y el rescate de saberes ancestrales”.

En esa misma línea, Santiago Piedrahita, presidente del Grupo Bios, enfatizó en la importancia de las alianzas advirtiendo que “no hay seguridad alimentaria sin campo, y no hay campo sin alianzas. El agro colombiano está en una transición de innovación sin perder sus raíces. Aceptamos semillas resistentes a la sequía, pero también debemos proteger las semillas ancestrales que nos han alimentado por siglos”.

Piedrahita también destacó el rol de la tecnología, como imágenes satelitales, para mejorar la productividad y reducir costos, junto con el compromiso del sector privado con la implementación de prácticas sostenibles y equitativas.

A su turno, Andrés Useche, director regional de Yara, resaltó el valor de los fertilizantes en la producción agrícola. “Cada fertilizante que un agricultor usa, protege hasta el 60% de su cosecha. Es una inversión en nutrición, en futuro, en el desarrollo de la inteligencia de nuestros niños”.

Por eso insistió en la necesidad de establecer mecanismos y políticas intersectoriales que les permitan, a los agricultores colombianos, tener más posibilidades de acceso a todo tipo de herramientas y productos que fortalezcan sus capacidades técnicas y productivas.

Nutrición: la clave de un futuro próspero

Ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Martha Carvajalino. | Foto: W Radio

La conversación también visibilizó una paradoja crítica: el gran desperdicio de alimentos frente a las altas tasas de desnutrición en el país.

Juan Carlos Buitrago, director de la Red de Bancos de Alimentos de Colombia, compartió una cifra que evidencia la magnitud del problema. “Con la comida que se desperdicia en Colombia podríamos alimentar a toda Panamá tres veces al día durante un año. Esa es la magnitud del problema, pero también de la oportunidad”.

En ese contexto, se destacó el impacto de las alianzas entre Estado, bancos de alimentos y sector privado, que hoy asisten a más de 68 mil personas en condición de vulnerabilidad, demostrando que el cambio es posible con voluntad y coordinación.

“Es en el agro donde palpita el verdadero espíritu de trabajo del colombiano. Apostarle al campo es apostarle a un país viable, justo y sostenible”, añadió Santos.

Bien lo demuestran experiencias como la del padre Daniel Saldarriaga, director del Banco de Alimentos de Bogotá, quien llamó la atención sobre la urgencia de fortalecer las oportunidades en las zonas rurales. “Nuestro campo hoy no tiene seguridad alimentaria”, afirmó, señalando la falta de opciones reales para niños y jóvenes en el campo.

Agregó que, junto a 58 universidades y más de 400 docentes voluntarios, han conformado una red social comprometida con el bienestar colectivo. “El crecimiento económico no puede desligarse del bienestar social”, recalcó.

Otro caso fue el de Juan David Correa, cofundador de Eatcloud, herramienta que demuestra cómo la inteligencia artificial puede ser una herramienta poderosa para reducir el desperdicio de alimentos. “El cambio que quieres ver en el mundo empieza por notar la realidad y actuar sobre ella”, dijo Correa, quien recordó que su propósito nació de una experiencia familiar que le permitió conectar la tecnología con la transformación social.

El mensaje quedó sembrado: Colombia será un país de futuro si sabe mirar al campo como su mayor riqueza.

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