¿Por qué algunos relojes tienen el número cuatro así: IIII? Explicación histórica

En la mayoría de los relojes análogos que usan números romanos en la actualidad, el cuatro está representado por IV, lo que se llama ‘notación sustractiva’: a cinco –representado con V– se le resta uno –representado con I–)

Sin embargo, en algunos relojes antiguos –como el de la Puerta del Sol de Madrid– es común ver que el número cuatro se escribe con la forma aditiva: IIII.

¿Por qué pasa esto? Una de las explicaciones obedece a razones históricas: en el siglo XIV, al relojero Henry de Vick le encargaron construir un reloj para la torre del Palacio Real de Francia, conocido como La Conciergerie. Sin embargo, al ver la construcción, el rey Carlos V ‘El Sabio’ dijo que prefería la representación IIII y, a pesar de que el relojero le explicó por qué debía escribirse IV, el monarca insistió en que “el rey nunca se equivoca”.

A partir de ese momento, según historiadores, muchos relojeros adoptaron la notación IIII en sus aparatos.

Otra razón para optar por el IIII en vez del IV es por estética, pues se considera que el primero brinda simetría visual en el tablero del reloj: como el número opuesto es el ocho (VIII), tiene cuatro caracteres y eso, aparentemente, crea equilibrio y armonía.

Otros argumentan que, si se divide el reloj en tres grupos de cuatro horas, las primeras cuatro solo usan la letra I, las siguientes la V y las últimas la X, lo que, para muchos, puede facilitar la lectura.

También se considera que escribir IIII puede ser más legible, en especial al tratarse de relojes de torre o muy grandes. Esto se debe a que el IV podría confundirse con el VI (seis), sobre todo al leerse desde ciertos ángulos o con poca iluminación.

¿Se debe escribir IIII o IV en el reloj?

No existe una regla que establezca si es recomendable escribir IIII o IV en el reloj, pues se trata más de una convención.

Muchos relojeros han mantenido la tradición de usar el IIII por respeto a la historia, además de las ventajas estéticas y funcionales que se han adoptado.

De hecho, en algunos relojes modernos –especialmente los que tienen diseño clásico o son de lujo–, es posible ver la representación IIII.

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