Así es la apuesta de la banca por la inclusión financiera de productores rurales
Cerrar las brechas tecnológicas y facilitar el acceso al crédito son, para los asistentes a El Futuro de la Colombia Agraria, pasos urgentes para promover verdadero desarrollo en el campo.

| Foto: W Radio
Expertos de los sectores bancario y agropecuario coincidieron, durante la segunda edición de El Futuro de la Colombia Agraria, en que cerrar las brechas tecnológicas y fortalecer el acceso al crédito son pasos urgentes para llevar al campo colombiano a un nivel en el que, especialmente pequeños y medianos productores, se conviertan en actores clave en la lucha contra el hambre en el país.
Bajo esa óptica, Sergio Zúñiga, vicepresidente regional de Eatable Adventures, planteó una visión ambiciosa para transformar el sector agroalimentario colombiano a través de la innovación, la articulación de actores clave y el fortalecimiento del ecosistema emprendedor.
Zúñiga comenzó destacando que hoy en día la Cámara de Comercio de Bogotá impulsa una red de iniciativas cada vez más amplia, entre ellas el Colombia Global Innovation Hub, un proyecto que recientemente se hizo realidad y que —junto con la Universidad de La Sabana y otros aliados estratégicos— busca posicionar a Colombia como un referente global en innovación. “Es un sueño que tenemos los colombianos: convertir este país en una despensa de alimentos a nivel mundial. Pero si hoy vemos la foto, todavía estamos lejos de eso”, señaló.
El vicepresidente reconoció los retos estructurales del campo colombiano, entre ellos las ineficiencias en transporte, en la interpretación de tecnologías, y la desconexión entre la producción y los mercados. Según Zúñiga, el Hub busca construir un modelo donde quienes crean y transforman los alimentos puedan crecer de la mano de la tecnología, la cual puede contribuir a resolver los cuellos de botella que persisten en toda la cadena de valor agroalimentaria.
Durante su intervención, Zúñiga presentó los resultados de un mapeo nacional de innovación agro: se identificaron 163 emprendimientos que están desarrollando soluciones escalables. Desde 2019, estas iniciativas han levantado cerca de 40 millones de dólares en capital de riesgo y actualmente generan 2.000 empleos directos altamente calificados. “Estamos ante oportunidades que son invertibles”, subrayó, y añadió que Colombia es el único país de la región donde el 80 % de estos emprendimientos están liderados por mujeres.

Luis Felipe Arboleda, director de Segmento Agropecuario de Davivienda, durante el panel El futuro del agro: la financiación y la tecnología como aliados fundamentales. | Foto: W Radio
A su turno, Luis Felipe Arboleda, director del segmento agropecuario de Davivienda, expuso cómo la inclusión financiera en el campo colombiano aún enfrenta enormes desafíos, pero también oportunidades si se aprovechan herramientas tecnológicas y estrategias colaborativas. “Hoy hay tres millones de agricultores que no tienen crédito y deben recurrir a economías informales con intereses abusivos”, advirtió.
El directivo también resaltó que, aunque los bancos están destinando mayores recursos al agro, existe una desproporción preocupante: el 75% de los fondos van a medianos y grandes productores, y solo el 25% a pequeños. “El reto está en lograr que por lo menos el 50% de la financiación vaya al pequeño productor”, dijo, subrayando que ue muchos de ellos no acceden a créditos, ya sea por desconocimiento, por temor al rechazo debido a no cumplir con el poder adquisitivo que exigen los bancos o por no contar con títulos de propiedad, lo cual les impide usar la tierra como garantía.
Finalmente, Arboleda enfatizó que hay recursos disponibles a través de instrumentos como los títulos Finagro, pero que el desafío es lograr que esos fondos lleguen verdaderamente a quienes más los necesitan: productores de regiones como Boyacá, Cauca o La Guajira, donde la institucionalidad, la conectividad y la bancarización siguen siendo débiles. “Con tecnología, alianzas y credibilidad, podemos cambiar esa realidad”, concluyó.
Por su parte, Alejandra Corchuelo, gerente del área de Inclusión Productiva y Producción del PNUD, fue enfática al afirmar que la misión no puede limitarse únicamente a la entrega créditos, sino a fortalecer las capacidades de las personas para que puedan acceder de manera autónoma y sostenible al ecosistema productivo.
Además, resaltó los avances en digitalización rural como una oportunidad para cerrar brechas históricas: “El acceso a satélites es hoy mayor y de bajo costo, cada vez hay más accesibilidad”. Sin embargo, también reconoció que el temor y el desconocimiento frente al uso de esas herramientas siguen siendo barreras que deben ser abordadas.

David Duarte, CEO de la startup Agrapp, durante el panel El futuro del agro: la financiación y la tecnología como aliados fundamentales. | Foto: W Radio
Ante ese panorama Juan Carlos Restrepo, gerente de planeación estratégica de Finagro reforzó la importancia de cambiar la mentalidad sobre el crédito en el campo y enfatizó en el valor de los instrumentos financieros existentes en Colombia. “Un pequeño productor puede acceder hoy a un crédito con tasas del 5% o menos. Es un crédito muy barato, que no va a encontrar en ningún otro lado en condiciones normales”, afirmó, aludiendo a los recursos subsidiados por el Gobierno a través de Finagro.
Restrepo reconoció, sin embargo, que contar con créditos accesibles no es suficiente si no se garantiza su alcance efectivo. Una de las principales barreras es la falta de garantías por parte de pequeños productores que no poseen títulos de propiedad. Para ello, Finagro cuenta con el Fondo de Mejoramiento de Garantías, que actúa como respaldo para que estas personas puedan acceder al crédito bancario: “No queremos quedarnos con la tierra de nadie, queremos que los agricultores tengan alternativas para respaldar sus proyectos”, explicó.
El panel concluyó con un consenso claro: el agro colombiano necesita una transformación profunda basada en la inclusión financiera, la tecnología accesible y una visión de sostenibilidad que priorice a los pequeños productores y las comunidades tradicionalmente excluidas.
Estas intervenciones invitan a transformar no solo las herramientas, sino también las mentalidades, como lo mencionó el Daniel Chica, actual Profesor Yarumo. Con una mirada desde la educación y la cultura, expuso una problemática que va más allá de la falta de recursos: la narrativa que pesa sobre el campo colombiano.
“Relacionamos el campo colombiano con pobreza, con atraso”, dijo, refiriéndose a una percepción que aún transmiten muchas familias campesinas a sus hijos: “Estudien, que yo no quiero que vivan lo que viví”. Sin embargo, hoy la realidad está cambiando: los jóvenes rurales están generando valor agregado y explorando nuevas formas de vida productiva ligadas al territorio.
Chica también subrayó el poder de la tecnología no solo como herramienta, sino como medio para transformar imaginarios. Para él, es fundamental promover una cultura en la que cualquier persona, sin importar su edad o experiencia, se sienta capaz de aprender y participar en el mundo digital. Porque, como afirmó, “la tecnología no es solo para los jóvenes: es una herramienta para comunicarnos, acceder a información, servicios y derechos”.