Fake news, redes y poder: cómo se manipulan las emociones para dividirnos
En el panel “Fake news y guerra cultural”, en el Festival del Pensamiento, los expertos advirtieron sobre cómo las emociones, más que los hechos, están moldeando el debate público en Colombia y alimentando la polarización.

| Foto: W Radio
Durante el panel Fake news y guerra cultural: la batalla por la interpretación de los hechos, realizado en el Festival del Pensamiento, Juan Esteban Lewin, Luz María Sierra y Rocío Arango coincidieron en que las emociones, no la razón, están determinando cómo las personas entienden la realidad. Y que, en ese terreno, las redes sociales juegan un papel clave en la difusión de desinformación y en el refuerzo de la polarización.
Lewin, redactor jefe de El País América Colombia, advirtió que estamos en una época donde “la emoción es más fuerte que los hechos”, lo que facilita que actores con intereses particulares manipulen el miedo colectivo. Señaló, además, que “hay quienes saben aprovechar los momentos de angustia” para consolidar poder, especialmente en contextos de crisis; y que las redes sociales, con su volumen e inmediatez, crean una ilusión de conocimiento sin sustento informativo.
Para Luz María Sierra, directora de El Colombiano, el problema es aún más profundo: “hemos decidido asesinar la verdad”. Insistió en que el relativismo extremo, amplificado por algoritmos diseñados para generar reacciones emocionales, amenaza la noción misma de lo que es verdadero.
“Los medios fueron construidos para ser la narrativa de la ciudad. Si los medios mueren, la fragmentación social se acelera”, afirmó. También recordó cómo campañas organizadas desde el extranjero, como las operaciones rusas durante movimientos sociales en EE. UU. como el Black Lives Matter, también se replicaron en Colombia en el estallido social para generar odio entre sectores opuestos.
A su turno, Rocío Arango, decana de Artes y Humanidades de EAFIT, aportó una mirada desde la educación emocional. Llamó la atención sobre la necesidad de preguntarse por qué reaccionamos con tanta ira y tristeza. “Si no somos capaces de cambiar de opinión en una conversación, no hay debate”, dijo, subrayando que el pensamiento crítico y la sensibilidad han sido relegados.
Arango también defendió la importancia de la literatura y la educación como herramientas para frenar la reacción impulsiva y construir una ciudadanía capaz de interpretar con profundidad los hechos.

"Solo hay que aprender a reaccionar y evitar que todo lo que salga nos genere ese sentimiento de miedo": Rocío Arango |Foto: W Radio
Con todo, los tres panelistas coincidieron en que las redes sociales no son en sí mismas el problema. Lo es, en cambio, la forma en que se usan: como herramientas de poder, sin regulación, y sin compromiso con la verdad. La solución, concluyeron, está no solo en la autorregulación tecnológica, sino también en defender el periodismo riguroso y en formar ciudadanos con pensamiento crítico.