El poder de la palabra: cuando el discurso político apela a las emociones
Expertos coincidieron, en el Festival del Pensamiento, en que el lenguaje construye realidades, y que entender cómo se movilizan las emociones es clave para recuperar la confianza, fortalecer la democracia y reconstruir un relato colectivo menos polarizado.

| Foto: W Radio
El primer día del Festival del Pensamiento, cerró con una pregunta: ¿Cómo juegan el miedo y la esperanza en el discurso político? Para expertos y líderes las emociones están reconfigurando el lenguaje político y el futuro de la democracia en Colombia. Desde la palabra como origen de la violencia hasta el poder emocional de las redes sociales, el debate evidenció que entender las emociones colectivas no es un lujo académico, sino una necesidad urgente.
Abriendo la conversación, Lucía González Duque, presidenta de la Fundación Batuta y excomisionada de la Verdad, advirtió que “la violencia no comienza con un arma, comienza con la palabra”. Para ella, el atentado contra Miguel Uribe es solo la manifestación más reciente de un clima emocional deteriorado, alimentado por discursos de odio, exclusión y deshumanización.
“Todos deberíamos sentirnos Miguel Uribe, pero también los líderes sociales asesinados. No podemos elegir cuál dolor vale más”, afirmó. González insistió en que sólo a través de una escucha genuina, capaz de reconocer la verdad del otro, es posible reconstruir un “nosotros” quebrado por la historia y el clasismo.
A esta idea se sumó Humberto de la Calle, exjefe negociador de paz, quien hizo un llamado a distinguir el miedo legítimo de la rabia instrumentalizada. Alertó, también, sobre la fragmentación del conflicto, el debilitamiento del control territorial del Estado y los riesgos democráticos que implican prácticas como convocar consultas por decreto.

Humberto de la Calle, exjefe negociador de paz, advirtió que el atentado contra Miguel Uribe evidenció una fragmentación del conflicto y la preocupante pérdida de control territorial por parte del Estado. | Foto: W Radio
“Lo que está en juego no es solo una reforma laboral, es la vigencia del Estado de derecho”, dijo, subrayando que el lenguaje político actual promueve la descalificación y erosiona los principios democráticos.
Por su parte, el exgobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, reconoció que hoy hay razones reales para temer, pero rechazó que el miedo se use como estrategia política. Citando a Martin Luther King, instó a “atacar la violencia, no a las personas” y reivindicó la necesidad de una alternativa política clara que defienda la democracia con firmeza y proponga soluciones a la desigualdad. “El reto ya no viene de afuera. Está dentro de la democracia misma”, sentenció, insistiendo en apostar por la descentralización como vía para redistribuir el poder y reconstruir la confianza.
Finalmente, Esteban Guerrero, experto en análisis de redes, explicó cómo las plataformas digitales se han convertido en aceleradores de emociones negativas. “Estamos cableados para compartir lo que nos amenaza. La conversación política en Colombia está dominada por el miedo, la rabia y el agotamiento”, afirmó. Guerrero señaló que si bien las emociones negativas movilizan más votos, es posible diseñar mensajes de esperanza que conecten con el público. “La esperanza no es ingenuidad, es estrategia emocional bien pensada”, concluyó.
El encuentro dejó una conclusión compartida: frente a una sociedad emocionalmente saturada, el reto no es negar las emociones, sino canalizarlas hacia un relato colectivo más empático. Un discurso político que reconozca el dolor, sin explotarlo, y que proponga futuro sin sembrar miedo, puede ser el primer paso para sanar un país profundamente herido.