Entre emociones y algoritmos: el futuro de la democracia en Colombia
Panelistas del Festival del Pensamiento advierten que la rabia, el miedo y el resentimiento están debilitando el debate democrático.

Para los panelistas, las redes sociales amplifican los extremos, ya que una minoría radical tiene un impacto desproporcionado en la opinión pública debido a su actividad constante y escandalosa en plataformas digitales. | Foto: W Radio
En el Festival del Pensamiento, Mauricio García Villegas y Alejandro Gaviria, en conversación con Pascual Gaviria, discutieron los retos que enfrenta la democracia colombiana, centrándose en el papel que juegan las emociones en la vida política actual. Los panelistas coincidieron en que la creciente influencia de la rabia, el miedo y el resentimiento está debilitando el debate democrático y empujando al país hacia una mayor polarización.
García Villegas, abogado y escritor, afirmó que el cerebro humano no ha cambiado significativamente en 35.000 años y que siempre ha estado más inclinado a lo pasional que a lo racional. “Las emociones negativas han acompañado los momentos más oscuros de la historia, como las guerras religiosas o la violencia partidista”, señaló. Según él, el problema actual es que las redes sociales amplifican esas emociones, dándole una voz sobredimensionada a los sectores más radicales.

Alejandro Gaviria advirtió que las emociones están hackeando la política moderna y que quienes creen en la razón deben resistir con paciencia. | Foto: W Radio
“Hoy, un trino escandaloso puede tener más impacto que una propuesta seria”, advirtió García, quien también cuestionó el comportamiento de algunos líderes políticos que, en su búsqueda de visibilidad, han adoptado actitudes propias de influencers. Esto, añadió, pone en riesgo el papel deliberativo que debería tener la política en una democracia.
Por su parte Gaviria, exministro y académico, reforzó esta idea al asegurar que la razón es apenas una figura frágil sobre una estructura emocional más profunda. “La historia demuestra que el ser humano mata más por convicción ideológica que por necesidad”, afirmó. Además señaló que las nuevas tecnologías han vuelto al ciudadano “hackeable”, es decir, manipulable emocionalmente por algoritmos que nadie controla.
El exministro reconoció que Colombia aún conserva elementos institucionales clave, como una prensa libre, jueces fuertes y un Congreso independiente. Aunque expresó preocupación por lo que calificó como un debilitamiento de las capacidades estatales. En su opinión, la mayor amenaza no es el populismo, sino la pérdida de control territorial por parte del Estado ante grupos armados ilegales.
Uno de los momentos más polémicos del diálogo fue la mención del acto simbólico del presidente Gustavo Petro al alzar la espada de Bolívar en su posesión presidencial. Para García Villegas, este gesto envió un mensaje divisorio, al usar un símbolo de lucha contra un enemigo extranjero como una herramienta para marcar confrontaciones internas.
Pascual Gaviria, periodista de Caracol Radio, señaló que las emociones negativas han ganado demasiado protagonismo en la política nacional. “La esperanza, que inspiró momentos como la Constitución de 1991, ha sido desplazada por el resentimiento y el miedo”, dijo. En su opinión, esto ha provocado un ambiente político cada vez más tóxico, en el que las posibilidades de acuerdo se reducen drásticamente.
Durante el conversatorio también se mencionaron casos internacionales recientes como los atentados contra figuras como el exprimer ministro japonés Shinzo Abe —asesinado el 8 de julio de 2022—, el primer ministro eslovaco Robert Fico —herido de gravedad el 15 de mayo de 2024—, la vicepresidenta de argentina Cristina Kirchner —quién sufrió un atentado el primero de septiembre de 2022— y el actual presidente estadounidense Donald Trump —quién sufrió un atentado el 13 de julio de 2024—, para ilustrar cómo el clima político global está igualmente marcado por la radicalización emocional.
A pesar del diagnóstico preocupante, los panelistas coincidieron en que la democracia colombiana aún tiene mecanismos de defensa institucional. “Colombia no es un país desvalido; tiene resortes éticos, jurídicos y sociales que debemos proteger”, subrayó Alejandro Gaviria.
Para enfrentar este momento crítico, insistieron en la necesidad de rebajar el tono de la confrontación, reconstruir el respeto por el otro y fomentar una ciudadanía emocionalmente más madura. También recalcaron la importancia de que tanto la derecha como la izquierda rechacen de manera clara y contundente a sus extremos violentos, como primer paso para despolarizar el país.