Lanchero cuenta cómo ocurre el tránsito de migrantes en Juradó: “Hay una alta demanda”

Camilo González*, quien es lanchero en el municipio de Juradó (Chocó), conversó con La W a propósito del fenómeno de la migración inversa en esta zona del país.

Cabe recordar que la migración inversa ocurre cuando aquellas personas migrantes que no pudieron llegar hasta Estados Unidos se ven obligadas a devolverse a sus lugares de origen por las mismas rutas peligrosas que ya transitaron.

González*, cuyo nombre ha sido cambiado para proteger su identidad, se encarga de transportar a los migrantes en lanchas y relató que siempre ha habido “una alta demanda” en esta zona por ser fronteriza con Panamá.

Inicialmente, agregó, los migrantes venían desde el sur del Pacífico y se dirigían en diferentes tipos de embarcaciones hasta Juradó, teniendo en cuenta que en la frontera hay estrictos protocolos de seguridad.

“Ellos llegaban a nosotros para que nosotros, por medio de las rutas que conocemos y que identificamos, los lleváramos a los puntos donde les fuera más fácil llegar a Centroamérica o Norteamérica”, indicó.

También contó que existen puntos conocidos como Humboldt, a donde prefieren llegar los migrantes: “En esos puntos casi siempre (los) recogemos por facilidad, teniendo en cuenta que, como son zonas rojas, no tendremos incidencia de grupos estatales, Ejército o Armada Nacional (…) recogíamos a estas personas y, posteriormente, a llevarlas casi siempre hasta más allá de la frontera de Panamá”.

Cuando se trataba de migración (no inversa), la mayoría de las personas llegaban en malas condiciones: “Las condiciones no eran las mejores, teniendo en cuenta que venían desde muy lejos –la mayoría eran venezolanos– (…) las formas de vida, de tratos y de transporte en otros lugares no habían sido las mejores”.

“Ellos, en ocasiones, duraban cuatro o cinco días en el agua bajo un aguacero y enfermaban, especialmente los niños y adultos mayores. Muchas veces nos echamos para atrás porque había embarcaciones que venían presentando epidemias de gripa o brotes (…) los compañeros nos decían que era mejor no recogerlos porque podríamos infectarnos”, agregó.

En cuanto a cómo operan los lancheros que transportan migrantes, González* contó: “Al transporte de migrantes le llamamos líneas, son como grupos u organizaciones que se crean en los diferentes puntos donde se acogen los migrantes –Buenaventura, Nariño, Cauca o Valle del Cauca– (…) nosotros conocemos a personas en Panamá, esas personas conocen a otras en Nicaragua, esas conocen a otras en México y es como una misma línea. Ellos le garantizan al migrante que viene de Nariño hacia Juradó que aquí lo van a recoger y cuadran con nosotros los precios”.

Frente a la peligrosidad del recorrido, teniendo en cuenta que puede hacer condiciones meteorológicas adversas, González* reconoció que se han presentado situaciones en las que han muerto personas en el tránsito migratorio: “No hay garantías, cero garantías porque uno va buscando satisfacer su necesidad económica”.

“Si la capacidad de la lancha es para 30 personas y vinieron 50, uno las monta; si el mar está muy feo, los montamos. No hay garantías porque, finalmente, la migración es muy bien pagada: uno puede recibir hasta mil dólares por un pasajero migrante y las garantías son lo que menos importa en este caso”, advirtió.

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