El agro colombiano se transforma: la ruta hacia la sostenibilidad y la transición energética
Expertos y empresarios del agro se reunieron en El Futuro de la Colombia Agraria para trazar un nuevo rumbo basado en reestructuración, buenas prácticas ambientales, laborales y sociales y el uso de nuevas tecnologías.

| Foto: W Radio
La reestructuración del agro, la sostenibilidad y la transición energética dentro de la agroindustria también fueron puntos centrales de la conversación durante la segunda edición de El Futuro de la Colombia Agraria: Construyendo un nuevo relato del campo, de Prisa Media.
Sobre lo primero habló Diego Bautista Ríos, director de la Oficina Colombia del RIMISP, recordando que el país ha fracasado en la implementación de al menos dos reformas agrarias. Para el experto, el reto de esa reestructuración parte por la distribución de tierras, que debe ir más allá del título de propiedad que se asigna a los campesinos, pues reconoce que “hay que seguir haciendo restitución porque aquí se quitaron tierras”.
Lo anterior, insistió, impulsado por acompañamiento y recursos que les permitan a los campesinos que reciban predios, ser verdaderamente productivos. A fin de cuentas, recordó, “la pobreza rural es tres veces más que en las cabeceras urbanas”. A esto se le suma que la edad promedio del campo colombiano es de 57 años, lo que demuestra que estamos ante un problema de relevo generacional.
Según datos presentados por Bautista, en países con una concentración de tierra similar al caso de Colombia, los recursos que llegan a los campesinos son más altos. Para el experto, esto se debe al acompañamiento que se le hace al campesino desde esos Estados y desde la empresa privada.

Diego Bautista Ríos, director de la Oficina Colombia del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (RIMISP). | Foto: W Radio
En un país que es mundialmente reconocido por productos agrícolas como el café, el banano o las flores, estos problemas son un punto de inflexión desde donde se deben plantear soluciones. Para Bautista, el agro merece un trabajo conjunto blindado con políticas públicas que protejan al campesino e impulsen la producción agrícola.
En ese sentido, la conversación giró hacia la idea de que una producción agrícola que no implemente estrategias de sostenibilidad y transición energética es inviable. En razón de ello es que los empresarios del país se han replanteado lo que su realidad necesita.
Aunque erróneamente se piensa que el término sostenibilidad hace referencia exclusivamente a lo ambiental, para Francisco Bejarano, presidente de Pajonales, esta debe de ir acompañada de aspectos laborales y sociales. Eso, aseguró, es lo que le ha permitido al banano colombiano ser un producto reconocido mundialmente por su calidad.
A su turno, Nicolas Ocampo, gerente de la Unidad de Negocio de Arroz Grupo Diana, señaló que “en la medida que podamos economizar costos, podemos también ofrecer alimentos más baratos”, añade Ocampo insistiendo en que la tecnología juega un papel crucial para alcanzar ese objetivo.
Para ese fin, el gerente se refirió a los varios procesos que se adelantan desde la compañía, como “la alianza con Celsia en el Tolima con una granja solar que nos permite abastecernos durante las horas diurnas, reduciendo nuestro consumo en más de 50%”.
Con todo, los panelistas coincidieron en que el campo colombiano, aunque rezagado por la violencia y diferentes problemáticas, no deja de ser productivo; y aunque hay diferentes retos por afrontar en los próximos años, también son muchas las oportunidades que se presentan en pro de lograr no solo una soberanía alimentaria, sino una agroindustria que exporte a cada rincón del globo.