“Se burlarán de nosotros”: excancilleres rechazan eliminar requisitos para nombrar embajadores

En diálogo con La W, los excancilleres Guillermo Fernández de Soto y Camilo Reyes se pronunciaron acerca de la orden dada por el presidente Gustavo Petro a la canciller Laura Sarabia de “quitar todos los requisitos” para ser embajador de Colombia en el extranjero.

Esta decisión, según el mandatario, busca democratizar la diplomacia y ejercer plenamente su derecho de dirigir las relaciones internacionales del país.

Para el excanciller Fernández de Soto, uno de los nueve exdiplomáticos que firmaron una carta en rechazo de esta propuesta, consideró que hay preocupación por esta directriz, pues es un cambio que no puede aplicarse “de la noche a la mañana”.

“Esto tiene implicaciones desde el punto de vista legal y de la política exterior”, advirtió.

El excanciller recordó que él expidió el decreto ley 274 del año 2000 que reformó el servicio exterior colombiano y los requisitos para desempeñar diferentes cargos, incluidos los de embajadores.

Por eso, considerando que ese trabajo contó con la cooperación de varias Cancillerías de América Latina, Estados Unidos y Europa, a los excancilleres les “preocupa lo que está en juego en esa modificación de la ley, pues es un impacto muy negativo para la imagen del país en el exterior”.

En ese sentido, consideró que existe el riesgo de que la imagen del país quede “convertida en un grupo de gente que comete errores porque, simplemente, no tiene la experiencia”, así como podrían surgir tensiones diplomáticas o deterioro de las relaciones bilaterales que se han construido con el paso de los años.

“Este no es un oficio que puede desempeñar cualquier persona. Lo que está en juego no es de honor, son los intereses estratégicos de Colombia y, como toda profesión o rol de profesionalización de esa manera, requiere de altos estándares para que sea exitoso su desempeño. Eso está directamente relacionado con las oportunidades que puede tener o desarrollar el país con diferentes socios en organismos internacionales”, aseguró Fernández de Soto, quien agregó que es “un tema profundamente delicado”.

Además, recordó que, en todas las cancillerías del mundo hay nombramientos políticos, pero insistió en la necesidad de cumplir con los requisitos, tener experiencia profesional, saber otro idioma y la historia: “Si de la noche a la mañana vamos a quitar los requisitos, lo que va a ocurrir es que se van a burlar de nosotros y eso, de entrada, es tremendamente equivocado para la representatividad que debe tener el servicio exterior de un país”.

Para el excanciller Camilo Reyes, el estatuto de la carrera ha sido “uno de los vehículos de movilidad social más interesantes que yo he conocido en Colombia”.

“Si hay algo que está aprobado es que una persona, con voluntad hay disciplina, viniendo de regiones apartada, con disciplina y con voluntad, puede presentarse a los concursos que hoy en día se hacen en 10 ciudades del país y ascender hasta llegar a la categoría de embajador. Es una carrera que ofrece oportunidades muy importantes de movilidad”, relató.

Además, consideró que la carrera cuida los intereses de la Nación, ya que “interpreta con técnica, rigurosidad y compromiso el interés nacional frente a la comunidad internacional”, algo que considera que “se ha vuelto bien difícil”.

Reyes aseguró que un país como Colombia “tiene muchas complejidades, intereses y dificultades”, por lo que resulta necesario saber interpretar lo que más le conviene: “Para eso se prepara ese grupo de colombianos que hoy en día ya llegan a aproximadamente a 540”, agregó.

Por eso, consideró que la idea de “quitar, reducir o denigrar” el proceso es una equivocación, ya que ha sido construido con esfuerzo a través de los años “para tener unos óptimos representantes que cuiden ese interés nacional”.

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