Juez absuelve a hermanos Mendoza Fortich por supuesto intento de extorsión a Otto Bula

Después de más de cinco años de juicio, el Juzgado Noveno Penal del Circuito Especializado de Bogotá profirió sentencia absolutoria a favor de Alfredo José Mendoza Fortich, Carlos Raúl Mendoza Fortich y Érika Tatiana Rivera Barrios, exfuncionaria de la Fiscalía General de la Nación. Los tres habían sido acusados de tentativa de extorsión, concierto para delinquir y cohecho, por hechos relacionados con el exsenador Otto Nicolás Bula, testigo clave del caso Odebrecht.

El juez concluyó que la Fiscalía no logró probar la responsabilidad penal de los acusados, tras una extensa valoración de pruebas documentales, interceptaciones y testimonios practicados durante el juicio oral.

Supuesta extorsión frustrada

Según la acusación, los hechos se remontan a abril de 2018, cuando Alfredo Mendoza visitó a Otto Bula en la cárcel La Picota y, presuntamente, le ofreció influencias en la Fiscalía para favorecerlo en un proceso de extinción de dominio por bienes avaluados en 60 mil millones de pesos, a cambio de un pago de 6 mil millones.

Según el fallo, Mendoza le habría dicho a Bula que un exvicefiscal general, allegado a su hermano Carlos Mendoza, tenía el poder de intervenir en ese proceso:

“Le manifestó que el señor Perdomo Torres, exvicefiscal General de la Nación, conocido cercano de su hermano Carlos Raúl Mendoza Fortich, tenía la posibilidad de favorecer y beneficiarlo (…) que si estaba interesado tendría que pagar seis mil millones de pesos ($6.000.000.000)”.

No obstante, el juez encontró que esas afirmaciones no se tradujeron en un constreñimiento real ni en un comportamiento punible que configurara el delito de extorsión tentada.

“Conversaciones normales”

La Fiscalía basó su teoría del caso en interceptaciones telefónicas y testimonios, pero el juzgado concluyó que esas pruebas no eran suficientes ni demostraban una conducta dolosa.

“No se logró evidenciar con claridad una amenaza o constreñimiento de los hermanos Mendoza Fortich, sino por el contrario (…) son conversaciones normales, como cuando dos personas se conocen y sostienen algún tipo de amistad”, indicó el fallo.

Respecto a Rivera Barrios, quien era asistente de fiscal en la Seccional Bogotá, el juez señaló que no se demostró que hubiera cometido cohecho propio ni concierto para delinquir. Aunque mantenía comunicación constante con Carlos Mendoza, no se acreditó que hubiera violado deberes funcionales.

“No se logró probar más allá de toda duda razonable la materialidad de esas conductas y menos una responsabilidad penal de la acusada (…) las escuchas no logran evidenciar que la comunicación fuera para acordar y cometer delitos”, se lee en la sentencia.

Defensa: fue una negociación, no una extorsión

Durante el juicio, la defensa argumentó que no existió extorsión ni constreñimiento. Por el contrario, Otto Bula habría buscado contratar asesoría jurídica para su caso.

“Lo que se pudo demostrar es que estas comunicaciones no son producto de una extorsión, sino de una negociación. Casi que un mandato que le hizo el señor Otto Bula a Alfredo Mendoza para un servicio de intermediación y asesoría jurídica”.

El juez compartió esa visión, al advertir que “la conducta desplegada por el acusado resulta a todas luces inidónea, pues no era capaz de doblegar la voluntad de Otto Bula (…) quien tenía para la fecha un alto poder político y económico”.

El fallo

Finalmente, el despacho concluyó que no se superó el estándar probatorio requerido para una condena:

“Para proferir sentencia condenatoria deberá existir convencimiento de la responsabilidad penal del acusado, más allá de toda duda. Si no se obtiene un grado de convencimiento mayor, que no deje ningún vestigio de duda, inexorablemente la persona vinculada tendrá que ser absuelta”.

Por tanto, los tres procesados quedaron en libertad y absueltos de todos los cargos.