Moody’s rebaja la calificación de Colombia tras suspender regla fiscal: estas son las implicaciones
Con esto, Colombia sigue con grado de inversión, pero le bajan la calificación, con lo que podría subir el costo de endeudamiento para Colombia.
Imagen de referencia de Moody's. Foto: Getty Images. / Ramin Talaie
La agencia calificadora Moody’s Ratings rebajó este jueves la calificación de Colombia de Baa2 a Baa3 y cambió la perspectiva de negativa a estable, argumentando que hay déficits fiscales más amplios que incrementarán la carga de la deuda del país.
“La rebaja de la calificación refleja el deterioro proyectado de los indicadores de deuda del Gobierno, que prevemos persistirá en los próximos años, ya que los déficits fiscales se mantendrán elevados y por encima de los límites establecidos por la regla fiscal del país. El gobierno actual ha optado por suspender la regla fiscal a pesar de la ausencia de un shock, lo que afecta negativamente la eficacia del marco de política fiscal”, señaló la calificadora en su comunicación.
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Agrega que esto se debe a la sobreestimación de los ingresos para los presupuestos de 2024 y 2025 que ha aumentado las presiones fiscales “que no se han compensado con medidas de gasto”.
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Y es que a esto se suma que el Gobierno suspendió la regla fiscal.
Al respecto, Moody’s advierte que esto afecta negativamente. “Con las elecciones previstas para 2026, la propuesta del gobierno de ajustar gradualmente el déficit fiscal durante los próximos tres años contribuirá a un mayor aumento de la carga de la deuda, que proyectamos alcanzará un máximo del 64 % del PIB para 2027, por encima de la mediana prevista de “Baa” del 62 %. Esto indica la creciente probabilidad de que la solidez fiscal de Colombia continúe debilitándose en comparación con la de sus pares”.
La entidad resalta que baja la perspectiva a estable pues “la economía que continúa mostrando resiliencia a pesar de la compleja dinámica fiscal”.
Finalmente, la calificadora señala que si los futuros gobiernos adoptan políticas que fomenten el entorno de inversión, las perspectivas de crecimiento podrían mejorar, lo que impulsaría aún más la consolidación fiscal.
Una de las principales consecuencias de esto es que podría encarecer el acceso a la deuda del país.
