La W RadioLa W Radio

Actualidad

Habla Laura Gil, la nueva secretaria general adjunta de la OEA

Hace dos años salió desterrada de la Cancillería por Álvaro Leyva y ahora es la segunda al mando en la organización panamericana.

Habla Laura Gil, la nueva secretaria general adjunta de la OEA

Habla Laura Gil, la nueva secretaria general adjunta de la OEA

22:32

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

La diplomática colombiana Laura Gil. Foto: EFE/Lenin Nolly.

Laura Gil es uno de los mejores ejemplos de que a veces las cosas que uno cree malas lo llevan a un destino mejor e insospechado. Hace dos años salió del cargo de vicecanciller prácticamente desterrada a la Embajada en Austria. Nadie daba mucho por su futuro diplomático, pero este lunes se posesionará como secretaria general adjunta de la Organización de Estados Americanos, OEA.

Su jefe la trató horrible cuando fue viceministra de Relaciones Exteriores para Asuntos Multilaterales. Un cargo para el que se había preparado y con el que había soñado largamente.

Lea también:

La nombró el presidente Gustavo Petro, pero nunca fue del gusto total del entonces canciller Álvaro Leyva Durán.

El doctor Leyva anunció desde el comienzo que su cargo era realmente el de ministro de Relaciones Exteriores y Paz.

¿Y paz? Exactamente.

La cabeza del canciller parecía estar más dedicada al noble ideal de la paz que a las aburridas, pero muy necesarias, tareas del Ministerio.

Él vivía pensando, entre otras cosas, en llevar de gira a Macaco y en que lo aceptaran en la JEP y mientras intentaba solucionar los problemas de la paz total, no tenía tiempo para pequeñeces como, por ejemplo, la fabricación de los pasaportes. Un asuntico menor que tres años después mantiene en vilo al país.

Como si fuera poco, Leyva mostraba menos respeto por las funcionarias que por los funcionarios. Sus gritos en el Palacio de San Carlos se convirtieron en leyenda.

Por aquellos días hablé con tres funcionarias que me lo confirmaron pero que no me permitieron citarlas, y al mismo tiempo con tres que me lo negaron de plano.

El caso de la viceministra Laura Gil fue distinto pero también tuvo señas claras de maltrato.

La sacó del cargo mientras estaba cumpliendo una misión diplomática en el exterior. Ella se enteró por un comunicado de que ya no tenía empleo.

Posteriormente el presidente Petro la designó como embajadora en Austria, un nombramiento que sonó a triste premio de consolación. Sin embargo, poco tiempo después empezaron a llegar noticias de la desterrada.

La Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas, con sede en Austria, rompió, gracias al impulso de la embajadora colombiana, una larga tradición llamada el consenso de Viena. Allí proposiciones solo se aprobaban por unanimidad. Una costumbre de acuerdos inútiles que, en la práctica, impedía cualquier cambio.

Por cuenta de la embajadora de Colombia surgió la discrepancia y por primera vez se habló de priorizar el respeto a los derechos humanos en la lucha antinarcóticos. Estados Unidos apoyó a Colombia y, en cambio, discreparon China y Rusia. El cambio fue aprobado por mayoría, no fue necesario el consenso de otros tiempos.

Ya eso sería suficiente recuerdo para contar a los nietos que en algún momento llegarán, pero hace unos días y contra cualquier previsión, el gobierno de Colombia logró la hazaña de que Laura Gil fuera escogida Secretaria Adjunta de la OEA, cargo en el que estará por los próximos cinco años.

Lo hizo venciendo a una aspirante que días antes tenía los votos asegurados.

Hoy estamos en una pausa necesaria para la sinceridad. Desde la medianoche ella no es embajadora y solo el lunes será funcionaria de la OEA, así es que estamos en las únicas 72 horas en las que es posible picarle la lengua y lo vamos a intentar.

Hasta las peores situaciones pueden convertirse en algo bueno cuando le pasan a una persona como ella.

Cada vez que hablo con Laura me acuerdo de una definición que alguna vez acuñó Gabriel García Márquez sobre el general Omar Torrijos, el entonces hombre fuerte de Panamá: “Es un cruce de mula y tigre” dijo. Yo digo lo mismo de Laura Gil, pero, en su caso, la mezcla no es en partes iguales.

Escuche la entrevista completa a continuación:

Habla Laura Gil, la nueva secretaria general adjunta de la OEA

22:32

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

El siguiente artículo se está cargando

Escucha la radioen directo

W Radio
Directo

Tu contenido empezará después de la publicidad

Programación

Señales

Elige una ciudad

Compartir

Más acciones

Suscríbete

Tu contenido empezará después de la publicidad