Una tribu de Florida presentó demanda contra ‘Alligator Alcatraz’ por usurpar sus tierras
La tribu Miccosukee afirmó que la cárcel viola sus derechos soberanos, daña un ecosistema sagrado y fue levantado sin permisos ambientales en tierras ancestrales.

Donald Trump recorre la prisión Alcatraz Caimán el pasado 1 de julio. FOTO: ANDREW CABALLERO - Getty Images / ANDREW CABALLERO-REYNOLDS
La tribu Miccosukee de Florida, en Estados Unidos, presentó este martes, 15 de julio, una demanda contra agencias federales, estatales y del condado de Miami-Dade por la construcción del centro de detención para migrantes ‘Alligator Alcatraz’ (Alcatraz Caimán), denunciando que fue erigido en sus tierras ancestrales sin consultarles.
La demanda fue presentada como parte interviniente en un caso interpuesto por grupos ambientalistas, que denunciaron la construcción exprés del centro -en ocho días- supuestamente pasando por alto los permisos medioambientales requeridos, informó en un comunicado la Alianza de Organizadores Nativos.
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“La construcción de ‘Alligator Alcatraz’ viola los derechos soberanos de los Miccosukee y pone en peligro un paisaje cultural y ecológico de gran importancia. También viola los derechos humanos de los inmigrantes y sus familias. Es ilegal e inmoral”, afirmó en la nota la directora ejecutiva de la alianza, Judith LeBlanc.
Leblanc sostuvo que el terreno en el que se construyó el centro, en un aeropuerto abandonado ubicado al oeste de Miami, pertenece a la tribu Miccosukee, por lo que los indígenas “tienen el derecho inherente a determinar el futuro de sus tierras ancestrales”.
No obstante, lamentó que las autoridades no les consultaran a la hora de levantar la prisión.
“La consulta y el consentimiento no son opcionales. El Gobierno federal ha garantizado constitucionalmente a las tribus, mediante tratados y fideicomisos, las obligaciones de mantener consultas significativas con ellas y obtener su consentimiento sobre cualquier tipo de desarrollo que afecte a sus tierras”, agregó Leblanc.
Según el comunicado, este no es un hecho aislado, puesto que los sitios sagrados de esta y otras tribus de Estados Unidos se están viendo cada vez más amenazados por los proyectos de desarrollo aprobados por el Gobierno federal o las autoridades estatales y locales.
La construcción de ‘Alligator Alcatraz’ fue fruto de numerosas críticas entre activistas civiles y medioambientales. Desde la llegada de los primeros reclusos el pasado 2 de julio, han sido constantes las denuncias por las condiciones deplorables en las que viven los detenidos.
En este sentido, un grupo de legisladores federales y estatales de Florida denunciaron el pasado sábado que hay 750 migrantes en jaulas tras recorrer por primera vez el nuevo centro de detención, al que llamaron un “campo de internamiento”.
La preparación del centro de cara a un posible huracán -fenómeno habitual en Florida en esta época del año- también ha sido objeto de críticas. El pasado 1 de julio, cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, acudió a ‘Alligator Alcatraz’ antes de su apertura, unas horas de lluvias dejaron grandes charcos de agua en el suelo que evidenciaron la fragilidad de las instalaciones.
El centro tiene por ahora capacidad para unos 3.000 migrantes, su nombre procede de los caimanes que se encuentran a sus alrededores, en la zona natural de los Everglades, de gran valor ecológico, y que según el Gobierno de Florida contribuye a reducir el presupuesto en seguridad.
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