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Café con propósito: la historia de Asepropaz

En el Huila y el Tolima, 300 familias se unieron para hacer del café una alternativa productiva, sostenible y colectiva. Asepropaz es hoy un ejemplo de cómo el trabajo asociativo y el acceso al crédito pueden transformar realidades.

Café con propósito: la historia de Asepropaz

Colombia

El mundo es nuestra casa, historias que inspiran:

A veces una buena idea nace de una necesidad urgente. Así surgió Asepropaz, en 2019, como una propuesta sencilla: organizarse para cultivar y vender café de manera más justa. Lo que comenzó con 47 personas, hoy es una asociación que reúne a más de 300 familias en cinco municipios del Huila y el Tolima.

El café ha sido históricamente uno de los motores del campo colombiano. En esta región, marcada por el conflicto armado, la apuesta de Asepropaz fue aprovechar ese potencial para crear una opción de vida distinta para campesinos, mujeres cabeza de hogar y jóvenes rurales. El 80% de sus asociados son víctimas del conflicto, y más de 110 son mujeres.

Hoy cuentan con 1.320 hectáreas sembradas, 93 fincas activas y más de 250 personas certificadas con sellos como Fairtrade, Rainforest y USDA Organic. Exportan a mercados internacionales y demuestran que es posible producir café de calidad, con estándares sostenibles y visión a largo plazo.

Pero más allá de lo técnico, hay una apuesta por el relevo generacional. Por eso crearon la Escuela Cafeteritos, donde niñas y niños aprenden desde temprano sobre caficultura. También han instalado laboratorios fijos y móviles que les permiten mejorar la calidad del grano y tecnificar los procesos en el campo.

En ese recorrido han contado con Davivienda como aliado. Desde La Casita Roja han acompañado este camino con un crédito bajo el modelo de asociatividad simplificada, diseñado para facilitar el acceso a financiamiento en poblaciones que históricamente han tenido barreras.

Con estos recursos han podido fortalecer su infraestructura, adquirir insumos y vehículos, pero más allá de mejorar su capacidad productiva, han obtenido visibilidad, herramientas de organización y una ruta clara, con enfoque en género, juventud y sostenibilidad.

Asepropaz es mucho más que una organización de caficultores: es un modelo de trabajo colectivo que apuesta por las buenas prácticas agrícolas y quieren expandir su modelo a más zonas de la región. Lo que antes parecía una tarea individual y difícil, hoy se vive como una construcción conjunta.

En cada finca hay una historia distinta, pero todas se conectan en un mismo propósito: hacer del café una herramienta para crecer, para organizarse y para quedarse en el territorio con una alternativa real y digna.

Esta es una iniciativa de Davivienda, Colombia es Nuestra Casa, hagámosla más próspera, incluyente y verde.

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