Al Oído | Juliana Guerrero, sin título, sin mérito, sin experiencia, una “contadora” pero del atajo
En menos de un mes se derrumbó la historia: título anulado, hoja de vida borrada y ambiciones truncadas. El caso revela la peor radiografía de un sistema que aplaude el atajo y castiga el mérito.

Al Oído | Juliana Guerrero, sin título, sin mérito, sin experiencia, una “contadora” pero del atajo
02:58
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Juliana Guerrero | Foto: IG/ @jguerrero112
Cerramos la semana al oído de un escándalo que huele a trampa mal hecha y a un intento de colarnos gato por liebre: el caso de Juliana Guerrero.
Una joven de 22 años que nunca presentó las Pruebas Saber Pro, que aparece con un título de contadora que la Fundación San José acaba de anular, y que, como por arte de magia, ya había pasado por el DAPRE, el Ministerio del Interior y hasta sonaba para ser viceministra de Juventud. Todo sin experiencia, sin tarjeta profesional y sin mérito.
Lo más indignante es que la Casa de Nariño quiso vender esto como normalidad. ¿En serio? ¿Dejar a Guerrero en el Consejo Superior de la Universidad Popular del Cesar?. Eso no es un cargo, es una burla a los estudiantes que sí madrugan, que sí se preparan y que sí se ganan sus títulos.
La carrera política de Juliana se apagó antes de empezar, sepultada por la ambición y la falta de ética. Y aquí la moraleja es clara: los atajos pueden ser rápidos, pero también son la vía más corta al fracaso.
Lo curioso es que, apenas se conoció la anulación del título, su hoja de vida desapareció de la página de Presidencia. Como si el problema se borrara con un clic. No, esto no se borra: esto desnuda cómo un gobierno que se dice del cambio premia la rosca y desprecia la meritocracia.
En Colombia lo difícil sigue siendo ganarse las cosas con esfuerzo. Lo fácil, tristemente, es encontrar trampas que el poder intenta legitimar. Y cuando eso ocurre, los que realmente se esfuerzan son los que terminan castigados.
Y que no vaya a salir ahora el presidente con el cuento de que esto son ataques porque es mujer, porque es joven, porque es negra o porque viene del pueblo. No. Aquí no se critica su origen ni sus rasgos, se critica la trampa. Lo vergonzoso no es quién es Juliana Guerrero, lo vergonzoso es lo que hizo y cómo desde el poder intentaron premiarla.
Con tantos cuadros en la izquierda, terminaron nombrando a la que ni siquiera tenía el marco. Juliana Guerrero será recordada como la contadora de atajos, no de méritos.