Al Oído | Uribe absuelto, Petro desbordado
El renacer político de Uribe frente al extravío de Petro, es inevitable preguntarse: ¿en qué condiciones nos gobierna?

Al Oído | Uribe absuelto, Petro desbordado
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Álvaro Uribe Vélez y Gustavo Petro // Getty Images
Al oído de de una decisión que reivindica el Estado de Derecho, honra la verdad y cambia el rumbo político del país: la absolución del expresidente Álvaro Uribe Vélez.
El Tribunal Superior de Bogotá no solo lo absolvió: lo hizo con contundencia.
Dijo que no existía prueba —ni directa ni indirecta— que demostrara que Uribe hubiera ordenado delito alguno.
Después de años de persecución, de titulares, de filtraciones y linchamientos, la justicia habló… y habló con fuerza.
Ganó el expresidente Uribe, pero también ganó Colombia. Ganó la institucionalidad frente a la política del odio. Ganó la verdad frente al relato que buscó durante años convertir una sospecha en condena.
Durante el juicio, el país escuchó mucho más que ruido.
Escuchamos que Iván Cepeda no pudo probar lo que tanto repitió. Que testigos visitados en cárceles se contradecían. Que un investigador del CTI confirmó interceptaciones ilegales al propio expresidente y que quienes pretendieron construir un expediente político terminaron derrumbados por sus propias mentiras.
Por eso, esta no es solo una victoria judicial. Es una victoria política y moral que devuelve al expresidente Uribe su nombre limpio, su dignidad intacta y una fuerza que, sin duda, marcará la conversación de cara al 2026.
Mientras tanto, el presidente Gustavo Petro vuelve a reaccionar con la misma fórmula: cada vez que la institucionalidad lo contradice, responde hablando de una constituyente, de una “guerra a muerte” y convocando a las calles.
Y uno no puede dejar de preguntarse: ¿qué buscan realmente?. ¿Desempolvar la primera línea y provocar un nuevo estallido social para distraer al país del fracaso de su gestión?. ¿Crear el caos con el que se sienten cómodos haciendo campaña?
Porque si ya no pueden usar a Uribe como su caballo de batalla —el mismo al que acuden en cada campaña para dividir al país—, ¿qué van a inventar ahora?
La justicia hizo lo que debía: decidir con pruebas, no con pasiones.
El reto ahora es que el Gobierno haga lo mismo: gobernar con resultados, no con excusas.
Colombia no necesita más discursos de odio ni amenazas de constituyentes. Necesita orden, liderazgo y verdad.
Porque ojo: cada cosa que dice el presidente Petro preocupa, pero su entrevista con Daniel Coronell dejó una imagen imposible de ignorar: la de un presidente sin dirección, cómodo en el caos y atrapado en su propio relato.
Y es inevitable preguntarse: ¿en qué condiciones nos gobierna?
O, mejor aún, ¿quién nos gobierna?
¿Qué le pasó a Petro en estos años para perderse tanto de sí mismo… y del país?




