‘Pacto’: descubren secta que habría manipulado a víctimas con yagé para trabajos forzosos
La Fiscalía señala a Óscar Darío Forero Usma como el líder de la secta, quien se ubicó en una finca de Pacho, Cundinamarca. En Ecuador ya existían denuncias en su contra por hechos similares.

‘Pacto’: descubren secta que habría manipulado a víctimas con yagé para trabajos forzosos
La Fiscalía 10 Especializada de Bogotá tiene en sus manos un expediente que parece el libreto de una película de Quentin Tarantino.
La gran diferencia es que el escenario no es Hollywood, sino el municipio de Pacho, en el departamento de Cundinamarca.
El pasado 3 de septiembre, la Fiscalía capturó en Bogotá a Óscar Darío Forero Usma, imputado por el delito de trata de personas agravada, por hechos que, según la investigación, comenzaron en 2013 en Ecuador y se habrían extendido hasta la sabana cundinamarquesa en los últimos años.
La entidad lo señala de ser el líder de una presunta secta llamada ‘Pacto’, que habría aprovechado el consumo de bebidas ancestrales como el yagé para manipular a sus seguidores. En la audiencia de imputación, el ente acusador documentó al menos siete víctimas como parte del material probatorio.
Modus operandi
De acuerdo con el fiscal del caso, las declaraciones de las víctimas permiten trazar un patrón de manipulación cuidadosamente diseñado por el imputado.
“Frente a la captación, Óscar Darío Forero Usma iniciaba los primeros acercamientos con las ceremonias del yagé”, explicó el fiscal durante la audiencia.
Luego de generar confianza, organizaba reuniones donde presentaba el supuesto propósito espiritual de su proyecto.
“Especialmente durante los llamados protocolos, que eran una especie de terapia que él tenía personalmente con cada víctima, obtenía información personal que luego utilizaba para manipularlas con ideas ajenas a la realidad.”
El objetivo final era lograr que las personas dejaran su entorno y se trasladaran al lugar donde la secta tenía su base.
“El verbo rector es trasladar. Con el fin de unirse al grupo o secta, las víctimas dejaron sus lugares de residencia y se trasladaron al lugar de culto, donde este tuviera su arraigo.”
El fiscal recordó que Forero Usma salió de Ecuador hacia Colombia cuando comenzaron las denuncias en su contra en ese país.
“Se tuvo que trasladar del país de Ecuador a Colombia por las denuncias ya establecidas, y así poder continuar con su actividad, trasladando a varias de las víctimas del país vecino.”
Según la acusación, las víctimas se encontraban en condiciones emocionales y sentimentales de alta vulnerabilidad.
“Accedieron y doblegaron su voluntad a fin de sacar provecho en ambos países con la trata de personas con fines de explotación laboral y prácticas análogas a la esclavitud.”
La Fiscalía señaló además el lugar donde se habría concretado la explotación.
“En último lugar, donde esta secta se encuentra domiciliada es en la finca de propiedad del señor Forero Usma, cerca de una vereda en Pacho, Cundinamarca. En este sitio, después de captarlas y trasladarlas, las acoge y cumple el fin de la explotación.”
Trabajos forzosos
La investigación también describe el tipo de explotación que sufrían los miembros del grupo.
“Es el trabajo forzado y servicios forzados. Las víctimas trabajaban más de 12 horas diarias, sin remuneración alguna, con malos tratos y amenazas”, relató el fiscal.
Según el expediente, las personas sometidas eran obligadas a labores agrícolas y domésticas en la finca.
“Si deseaban desistir del grupo o de la secta, se les advertía que podían sufrir daños.”
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La Fiscalía continúa recolectando evidencia y testimonios para determinar si existen más víctimas en Colombia o en otros países.
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